lunes, 25 de julio de 2022

MADRID, UN COTOLENGO

 La segunda acepción de "cotolengo" es la de "institución donde se interna a enfermos mentales o niños deficientes". Si consideramos la Comunidad de Madrid como una "institución", y si consideramos también que, dado que su gestión política es democrática, sus dirigentes reflejan lo suficientemente bien a la gente que la habita, entonces está más que claro que la Comunidad de Madrid es un cotolengo, pues, a tenor de las opiniones, ideas y políticas que promueven sus dirigentes ("ella" y los suyos) no cabe la más mínima duda de que  la mayoría de sus ciudadanos son o enfermos mentales o niños deficientes. Y los que no lo son  harían bien en pensar en escaparse de ella, del cotolengo que es hoy Madrid, so pena de, por contagio, acabar siendo como ellos.

Sí, Madrid hoy es un cotolengo, en el que  a su entrada podría poner con justeza en ominosas  letras de molde el mismo "lasciate ogni speranza, voi ch'entrate" que Dante ponía a la entrada del Infierno

Pero ya se sabe que la esperanza siempre se resiste a morir,  aún en el infierno. Quizás, ¡ojala!, cuando los internos vayan sufriendo las enteras consecuencias de las  locuras de "ella" y los suyos, ello actúe como "terapia de choque" psiquiátrica de modo que  pudiera ser que algunos de los residentes del cotolengo que es hoy Madrid despierten de su sopor y embrutecimiento. Magra esperanza, pero no hay otra.

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