martes, 9 de septiembre de 2025

Mujeres y política

 Siempre me ha hecho gracia ese gusto o preferencia por la distinción en las formas que parece tienen las mujeres. Consideran  -o eso dicen y manifiestan, que vaya usted a saber si es verdad - que el que una vaya  con el mismo vestido que otra a un festejo de alguna manera lo devalúa, que es de mala suerte. Se trata de una manifestación poco peligrosa de la vanidad personal comparada con la agresividad consustancial de la expresión de la  vanidad  típica masculina que, no obstante, si fuera cierta, si fuera cierta en un sentido esencial, casi biológico,  no dejaría de tener resonancias políticas de calado.

Josep Pla dijo una vez que "las señoras de Occidente no podían resistir que en las poblaciones comunistas no existan escaparates". Leí también en "La invención del futuro" de Denis Gabor acerca de  la ingeniosa política que Siemens llevó a cabo para hacer que los hombres de una zona del Cáucaso alejada de los intercambios mercantiles y por lo tanto, donde poco se usaba del dinero, aceptasen meterse en una mina a cambio de un  salario fue poniendo unas tiendas de ropa moda en los pueblos de la zona: sus mujeres necesitaban de dinero 

El comunismo, o por no ir tan lejos, el decrecimiento que hoy empieza a plantearse como política a seguir ante el desastre ecológico requieren cierta uniformidad que chocaría radicalmente con esa aparente preferencia femenina  por la variedad, por la distinción formal. Mal la irían las cosas, pues, a unas políticas que chocasen con los gustos de más de la mitad de la población 

miércoles, 3 de septiembre de 2025

Alejamiento

 Lo que te separa irremediablemente de otro, lo que crea un abismo que te aleja infranqueablemente de él no son, en el fondo, sus ideas más profundas, sus preferencias más íntimas, sus actitudes éticas o morales sino lo más superficial, sus formas y comportamientos casi anecdóticos, aquellos que le salen casi sin darse cuenta, sin pensarlo. Yo, por ejemplo, no es imposible que pudiera llevarme aceptablemente bien con un votante de VOX -me ha ocurrido- e, incluso, con un islamista pese a que en nada comulgo con sus "ideas" si no dirigiesen a su perro como si fuese una persona, respetase las colas, si su voz no invadiese el especio sonoro compartido, si no tuviese el síndrome del chalet adosado y pusiese su toalla junto a la tuya en una playa vacía, su se comportase como si supiese que lo que es común no es que no sea de nadie sino que es de todos,...Sí, lo más profundo es la piel, como decía Paul Valery. Y frente al juicio de la piel nada puede la razón

LO QUE NOS HACE HUMANOS

 Que si bipedalismo, que si el pulgar oponible, que si el cocinar los alimentos, que si la capacidad de lanzar objetos, que si el arte, que si...No faltan comportamientos o rasgos anatómicos que, no observándose en nuestros "primos" primates, nos separen de ellos y  no le sirvan a algún autor para urdir alguna "just so story"  que explique  el porqué los humanos somos humanos.

Yo también tengo una hipótesis explicativa. La mía, que no da origen a ninguna historia causal que lleve del antepasado común con bonobos y chimpancés al ser humano, es más simple que cualquiera otra. Mi idea es que el ser humano aparece fehacientemente en el mismo y preciso momento en que hubo un homínido que se4 suicidó.

Es el suicido lo que nos hace auténticamente humanos pues el suicida no sólo "peca" contra la "ley de Dios" y manifiesta su autonomía frente a él, sino que también "peca" contra la "ley de la Naturaleza", la ley que obliga a todos los seres vivos a luchar por su supervivencia. Sólo los seres humanos se suicidan.

Obviamente no cualquier suicidio certifica la humanidad dado que en la naturaleza es posible encontrar comportamientos suicidas de progenitores que sed arriesgan a morir o mueren efectivamente para favorecer la vida de sus crías. Sólo el suicidio inútil, instrumentalmente irracional,  absurdo , es el que es el dador de humanidad

Sexo y amor, ¿el pastel y la guinda?

Me da que de jóvenes, el pastel es el sexo, y el amor la guinda que puede o no coronarlo. De viejos, por contra, el amor es el pastel, y el ...