jueves, 24 de marzo de 2022

TIPOLOGÍA DE LA RISA

 La gente suele pensar que todas las risas, si son auténticas risas, o sea, si son no actuadas o forzadas, si salen espontáneamente, son iguales. Pues bien, no es así, Las risas son muy heterogéneas, y esa diversidad es, además, fácil de observar e incluso analizar. 

Aquí va una pequeña guía:

1) Está la risa JA,JA,JA. es una risa expansiva, grande, abierta, extrovertida, sin complejos. Una risa que aspira a la unión que busca la compañía. Es la risa grupal por excelencia. Es la risa de la alegría desbordada.

2) Está la risa JE,JE,JE. Comparada con la anterior es una risa menos franca. No tan sincera. la risa jejeje es una risa pequeña, que no se deja arrastrar o llevar. Una risa individual, discreta, particular que nunca aspira a la carcajada abierta y colectiva

3) Está la risa Ji,JI,JI. Peligrosa. Es una risa mefistofélica, propensa a la traición y el engaño. No hay que farse de ella. Cuando menos te lo esperes, de quien se rien los que usan de esta risa será de tí.

4) Está la risa JO,JO,JO. Es la risa papánoel. Desconocida antes por nosotros, los del mediterráneo. Es una risa insincera en cierto sentido pues es, más bien, una sonrisa que se pretende pasar como risa. Risa de mediopelo, por así decir. Pero es una risa cargada de bonhomía. No hay burla en ella.

5) Está, por fin, la risa JU,JU,JU. Es una risa oriental. Fumanchesca. Es una risa que tiene algo escondido. Como la que provocan las cosquillas, que siempre esconden algo de dolor. Es una risa autocontenida, siempre consciente del caos que la risa puede acabar provocando. Mejor, por ello, no propasarse. 




sábado, 8 de enero de 2022

LA ECONOMIZALIZACIÓN DE LAS SOCIEDADES

 En 1985, Ivan Illich publicó Némesis Médica, un libro que en su primera línea señalaba al estamento médico como amenaza a la salud. A lo largo del libro, esto se explicaba en dos sentidos: uno fuerte y otro débil. 

El primero remitía a las enfermedades iatrogénicas, las propias dolencias que el sistema médico causaba en su normal funcionamiento. El segundo, el débil, señalaba a lo que Illich definía como medicalización de la sociedad, el que la definición de lo que es saludable o no, de quién está sano o enfermo había sido apropiada por un grupo de expertos que se habían abrogado el monopolio de la definición de lo que era salud. 

Lo habían utilizado bien, y como es de prever, definiendo la salud de modo que todos seamos siempre pacientes, por no decir enfermos. Hoy ya nadie se atreve a decir si está sano o enfermo meramente acudiendo a su percepción de su propia salud, uno sabe si está sano o no cuando se lo dice un médico. Item más, en la medida en que los médicos se han ido profesionalizando y cientificizando ( y a lo mejor ambas cosas son loa mismo), han elaborado un jerga y un esquema de las características que un cuerpo ha de presentar para que pueda ser considerado sano, que muy difícilmente lo lograría cumplir ningún individuo concreto. 

La consecuencia es que todos estamos enfermos, todos somos pacientes. Viene todo esto al caso porque algo muy semejante ha pasado con la economía. Gracias a la labor de los economistas la sociedad se ha economizalizado. Veamos, la Economía dicen los economistas es el estudio de las decisiones que han de tomar los agentes económicos (individuos, empresas, sociedades) en condiciones de escasez de recursos cuando existen infinidad de fines alternativos que se desean satisfacer. El definirlo así implica que se asume una petición de principio: que hay escasez


Y ello sorprende, pues se trata de una palabra relativamente reciente en cualquier lengua, una palabra que define una situación abstracta, general independiente de cualquier situación concreta. Antes, otrora, había tiempos buenos y tiempos malos, años de abundancia y años de penuria, frecuentemente había escaseces pero no escasez, pues había también momentos de exceso. 


Resulta de los más sintomático que la palabra y el concepto de escasez que se predica de todo individuo y en todo momento haya aparecido precisamente en los tiempos en que las viejas escaseces desparecían de la vida s de los hombres concretos. Hoy en general al menos en los países desarrollados ya nadie padece escaseces por lo general pero todo el mundo (ricos y pobres) vive en la escasez


Que tal situación es relativamente reciente se comprueba leyendo a Keynes, para él todavía era previsible, se veía llegar el fin del problema económico, el fin de las escaseces, y fue capaz de verlo en 1930 en mitad de la Gran depresión. Todavía en los años 50 del siglo pasado, gente como Galbraith o Vance Packard hablaron de los problemas que ya enfrentaban las sociedades opulentas que se veían obligadas al derroche. Hoy pocos os ningún economista ser permitiría pensar en estos tiempos. Oyéndolos, ya todo los hombres son homo oeconomicus, hombres afectados por la escasez, hombres enfermos económicamente. Hombres y sociedades que requieren siempre de la constante atención de sus médicos economistas que vigilen sus progresos en al lucha contra su enfermedad económica.

jueves, 6 de enero de 2022

LA VEJEZ Y SUS MISERIAS

 Cuando uno se hace viejo, y aunque no esté decididamente enfermo, uno descubre que su cuerpo le va imponiendo cambios más o menos perceptibles en su conducta cotidiana que señalan a las claras que el tiempo de las despreocupaciones y los excesos ya ha pasado. Son de sobra conocidos, y no merece por ello extenderse mucho  en ellos:  ya no se duerme tan bien como antes tras una noche de fiesta, ya no se digieren como antes las carnes, los alcoholes y otras drogas, ya no se suben las escaleras tan ligero como antes.

Los cambios, las restricciones, que la edad impone al alma son más sutiles, e incluso a veces quizás menos agresivos o limitantes. Pero también los hay. Leí hace tiempo una frase de Thornton Wilder que de modo conciso y certero los cuenta: 

"Al niño le gusta pelear, al joven le gustan las mujeres y al viejo le gusta el dinero"

Y sí. Acierta de pleno. Conforme han ido pasando los años más me he dado cuenta de que las gentes, cuando se hace viejas, lo que no siempre coincide con que su cuerpo también se les ha hecho viejo, dejan de desear cosas tangibles para pasar a preferir acumular lo más abstracto: el dinero, el puro poder de compra,  el puro poder para comprar, aunque por ello mismo nunca lo utilicen para comprar nada concreto o aunque ya no puedan comprar con eĺ nada que pueda satisfacer a sus maltrechos cuerpos o almas que ya no están sino para sopitas calientes, mesa camilla y pastllero.  

Hasta tal punto he observado lo que Wilder me enseñó a observar que ya cada vez que descubro a alguien, a un conocido,  que disfruta no con nada sino con tener la posibilidad de tener, que lo he somatizado como se dice hoy, y huelo en él ese acre olor de la vejez que no hay agua de colonia o perfume que lo pueda sofocar. 

 Y, entonces, ¿no es acaso curioso el que para muchos sea precisamente la acumulación de riqueza, el dinero que se guarda porque ya no se puede gastar, una de las más evidentes miserias de la vejez?


domingo, 24 de octubre de 2021

BUSCÁNDOSE LA VIDA. El caso del marido de Julia Pastrana

 Fue Julia Pastrana una mujer "famosa" hacia mediados del siglo XIX tanto en EE.UU. como en Gran Bretaña y otros países de Europa. Y lo fue por ser "especial": tenía una barba casi valleinclanesca, y también muy peludos los brazos y piernas. En unos tiempos en que las versiones populares de la teoría darwiniana de la evolución estaban cogiendo la imaginación del gran público y la búsqueda de un "eslabón perdido" entre "monos" y "hombres" aparecía como científica, una mujer con esas características externas tan "masculinas" encajaba bien en tan delirantes expectativas. A Julia Pastrana, ese peculiar modo de imaginar el mundo le sirvió para capitalizar de alguna manera su  "rareza" capilar, y así logró ir viviendo económicamente de ir por  circos, ferias y teatros cobrando porque las gentes la vieran y tocaran sus barbas, algunos riéndose de ella, otros compadeciéndola y otros, los sedicentes científicos, cuestionándose si era humana o mona

Hasta aquí lo "normal", podríamos decir. Mujeres como ella las hubo en el medioevo y nada impide pensar que en el imperio persa o en romano haya habido también otras julias pastranas que hayan sido convertidas o se hayan convertido -quién sabe si voluntariamente- en carne de exhibición en mercados. Pero lo que hace de la moderna Julia Pastrana un caso especial es otra cosa que la atañe pero que no va con ella en estricto sentido

Julia Pastrana murió dando a luz. Su marido -es de suponer-  sintió tan dura pérdida emocional. Pero lo que no es necesario suponer, pues es seguro de todas todas, es que como su "manager" que también lo era, su marido experimentó una gran pérdida económica con la muerte de su esposa y representada. 

Pero, y aquí está la diferencia con los casos de las otras julias de otros tiempos, el espíritu capitalista anidaba ya plenamente en la mente del marido-"manager", de modo que no tardó, como buen emprendedor que era,  en recomponerse y encontrar una manera de compensar, si no su pérdida emocional, sí su tan fuerte peŕdida en su capital. 

Y así, no tuvo el menor empacho en embalsamar a su amada Julia Pastrana con todas sus barbas y excrecencias capilares y llevarla de un lado para otro de feria en feria, de pueblo en pueblo, como si nada hubiera pasado.

Me lo imagino todas las noches, una vez cerrado el espectáculo y tras haber contado y anotado los ingresos del día en el libro Diario de contabilidad, levantando el cristal de la vitrina donde el cadáver de su esposa yacía y extendiendo cuidadosamente los mejores y más queratínicos productos capilares para que la barba de su difunta luciese al día siguiente tan espléndida o más que en vida. Es lo que ha de hacer el buen capitalista, cuidas su capital ¿no? Para que luego digan que el capitalismo acaba con las relaciones emocionales.

(P.D.- El cadaver de Julia Pastrana, la "mujer-mono", como bien de capital que era, siguió su "vida" pasando de mano en mano de otros empresarios capitalistas un entero siglo más, hasta 1970 concretamente, en que ente las quejas de algunos "radicales" se prohibió que siguiesen sus andanzas y acabó en el Instituto de Medicina Forense de Oslo)


sábado, 5 de junio de 2021

EL TELÉFONO

 "Estamos en el país del teléfono. El teléfono aquí no es un medio, es un fin. No es que aquí se hable por teléfono cuando es imposible hablar de otro modo; es que nunca se habla mientras se pueda telefonear. La cuestión está en hacer las cosas con mucha mecánica. Un americano cree que una frase dicha por teléfono tiene más importancia que si se dice directamente, y que un hombre que telefonea es superior a un hombre que habla.

...Yo me he vuelto loco en Nueva York buscando una habitación que no tuviera teléfono. Imposible. El teléfono es, como si dijéramos, la laringe del americano. En una habitación sin teléfono un americano tendría la sensación de haberse vuelto mudo"

Julio Camba, "Un año en el otro mundo".


No creo que sea necesario otro comentario que el de preguntarse, retóricamente, por lo que habría pensado Camba, que escribió esto en los años veinte del siglo pasado, si viese el mundo actual en que los teléfonos se han vuelto "móviles" y las gentes, no sólo los "americanos", ya no sólo no pueden hablar sino que no pueden siquiera andar sin estar pegados a un teléfono.

viernes, 14 de mayo de 2021

SAVATER, AZÚA, MARÍAS. LOS "HIJOS" DE FERLOSIO

 A la vista, cada vez más nítida, de la deriva hacia la derecha y la ultraderecha de los que con alguna justicia (no se si "cierta" o "toda") podría calificarse como "hijos" de Rafael Sánchez Ferlosio, al menos por el cariño personal como por el respeto intelectual que decían sentir y  tener por el hombre que murió hace ahora un par de años, y me refiero a gentes como Fernando Savater, Felix de Azúa o Javier Marías cuyas simpatías por políticos tan delirantemente derechistas como doña Isabel Díaz Ayuso son conocidas, me pregunto qué es lo que hubiera pensado él que, si bien su indomable independencia, mantuvo al margen de los partidos y movimientos de izquierda, no por ello dejó nunca de revolverse contra los embelecos como la patria y el nacionalismo, la injusticia, la explotación y la alienación que caracterizan al progreso que generan las sociedades capitalistas.

No lo sé. Ni nadie lo puede saber con certeza. Pero uno de sus pecios nos da una pista que sin duda hubiera sido seguida por los detectives de las novelas policíacas a las que Ferlosio recurría en los malos tiempos.  Dice así:

"(Jubilación) Lo malo de los viejos es que ya no cambamos de opinión. Por eso hay que prestar mucha atención a con qué pensamientos se jubila uno a los setenta y cinco años, porque ésa va a ser su renta hasta el fin de sus días"  

 Y está viéndose más que claro, clarísimo, que esos "hijos" de Ferlosio, al irse haciéndose viejos,  no han prestado la debida atención a los "pensamientos" que sus viejos cerebros han ido produciendo. 

 

viernes, 23 de abril de 2021

PROPAGANDA ELECTORAL DE VOX



Esta es la foto del encapuchado que aparece en un cartel propagandístico electoral del partido  ultraderechista/fascista VOX. Pretende ser el retrato de un MENA, o sea uno de esos peligrosos niños o "menores extranjeros no acompañados" tutelados (o sea, "mantenidos" en opinión de la ultraderechista Isabel Díaz Ayuso) por los servicios sociales. Hoy sabemos que ese retratado ni es un MENA, ni vive en España, ni nada de nada. Pero esta mentira no es lo importante.

Lo importante es, por un lado, el objetivo del cartel. Que es dar miedo a las sedicentes "buenas gentes" de las clases medias y bajas. Implícitamente, es obvio,  el cartel busca que esas gentes que se creen tan "buenas", voten a VOX (¡ cómo si fuese dudoso que no lo fuesen hacer!), esperando que VOX llegue al fin al poder  y les libere de sus falsos miedos. ¿Cómo? No lo dicen, pero parece claro:  echando a la calle a todos los MENAS que se pongan "a tiro", y nunca mejor dicho tratándose de gente de VOX. Me imagino que lo que VOX y sus "buenos" votantes les gustaría es ver a esos niños en las calles, pidiéndoles como debe ser limosna en la puerta de las iglesias a las que esas buenas gentes acuden regularmente, o quizás prostituyéndose para que a  sus pederastas militantes les sea más asequible el satisfacer sus necesidades. 

Todo repulsivo. Todo vomitivo.

Pero tan repugnante (y peligroso)  como es todo VOX y todo lo que atañe a sus militantes y votantes, lo es igual o aún más la empresa de comunicación  y de publicidad que ha diseñado ese cartel. Todos sus miembros. Tanto sus "jefes" como sus trabajadores.

 ¡Cuán orgullosos deben estar todos ellos por el "éxito" mediático que han tenido! ¡Cuán orgullosos deben estar con el resultado de su esfuerzo! ¡Qué sabiduría técnica! ¡Qué  profesionalidad! Sí, sin duda; es la suya la misma eficacia técnica y empresarial de la que se enorgullecía la empresa que fabricaba el gas Zyklon B con el que se exterminó "eficientemente" a seis millones de judíos, gitanos, comunistas y homosexuales en la Alemania del Tercer Reich, el paraíso de muchos votantes y simpatizantes de VOX


De las edades para el amor y el odio

 Es muy frecuente que las buenas gentes, ésas repletas de buenas intenciones, convengan en señalar que el tiempo nada puede contra las emoci...