Tengo para mí que la "mentalidad agónica", es decir, el entender todas las relaciones humanas (incluso las más íntimas como las sexuales) como competiciones, luchas y exámenes, siempre por tanto con sus ganadores y sus perdedores, es sin duda la peor de las herencias que nos han venido de la Grecia Clásica. Y, por supuesto, su mezcla con la "mentalidad sacrificial" judeocristiana, es decir, el entender que la vida tiene que ser obligadamente un valle de lágrimas, una penitencia cotidiana por nuestros continuos pecados contra Dios, ha traído consigo esa bazofia moral que, desde su más tierna infancia se les suministra como cotidiano menú intelectual a los nacidos en la civilización occidental, agriando así desde siempre sus vidas por más que siempre en ella haya habido beneméritos epicúreos, iconoclastas, rebeldes, que se hayan negado con todas sus fuerzas a deglutir tan venenoso menú.
Una de las situaciones en las que más se ve esa singular y tóxica mezcla de culturas es en los llamados maratones populares. El hecho de que ya un hecho como el que la mortal carrera que Filipides hizo para llevar a Atenas la noticia del triunfo de los griegos sobre los persas en la batalla de Maratón se haya convertido en espectáculo deportivo ya es sintomático, pero el que, adicionalmente, la participación en esas competiciones se haya hecho voluntaria de modo que, junto a los profesionales del asunto -los keniatas y marroquíes- que se matan corriendo por dinero, haya también una increíble variedad de sufrientes que lo hacen no sólo voluntariamente sino que incluso pagan por ello, por sufrir, es un ejemplo sin rival de esa tóxica ligazón entre la mentalidad agónica y la sacrificial.
Si ya es delirante y de sádicos el aplaudir a los profesionales, es para mí delictivo hacerlo con los segundos: esa multitud de gentes que con la mirada perdida como toxicómanos machacan y degradan como auténticos enloquecidos mártires sus cuerpos en una orgía masoquista arrastrándose patéticamente por las calles. ¡Y aún dicen que el deporte es el culto al cuerpo!