Frente a los propensos al
desmedido propósito de convertir a la Economía en pieza central de
alguna forma de ingeniería social, con el consiguiente alto status
que del cumplimiento de tal objetivo se seguiría para sus
practicantes en un mundo tan seducido y entregado a la tecnología
como el presente, siempre me pareció digno y deseable el
relativamente modesto objetivo que Keynes les puso a los economistas
en aquella conferencia que dio en la Residencia de Estudiantes de
Madrid allá por el año 1930 bajo el título de Perspectivas
económicas para nuestros nietos,
en la que afirmaba que “sería maravilloso si lograran hacerse
considerar gente humilde, de competencia específica, al nivel de los
dentistas”. Hoy me ha asaltado el recuerdo de que los dentistas han
sido y son utilizados como torturadores por los "servicios de inteligencia o información" de muchos países y también, por el crimen organizado.
Era algo que sabía desde hacía mucho. Pero hasta hoy nunca lo puse en relación con la modesta propuesta keynesiana.
Era algo que sabía desde hacía mucho. Pero hasta hoy nunca lo puse en relación con la modesta propuesta keynesiana.
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