Independientemente de sus resultados en terrenos "reales" como el económico o el político, el actual gobierno del PSOE de Pedro Sánchez parece haber acertado en el terreno "ideológico" recuperando para el laicismo espacios fundamentales.
Desde siempre, o sea, desde hace casi veinte siglos, la Iglesia Católica ha cimentado su poder sobre las mentes, las ideas y las almas en el control de esas instituciones básicas del comportamiento social que son los "ritos de paso". Desde tiempo inmemorial han sido sus brujos o sacerdotes quienes han recibido o aceptado a nuevos seres humanos dentro del grupo humano (a través del rito del bautismo), han controlado el tiempo y el momento en que un niño pasaba a ser un adulto (mediante el rito de la comunión y la conformación), han certificado la creación de las nuevas células de la sociedad: las familias (mediante el rito del matrimonio), y han otorgado los pasaportes y controlado la aduana para la otra vida (a través del rito de la extremaunción y la organización de funerales).
No es nada extraño que se hayan opuesto como "gato panza arriba" a los intentos de quitarles esos instrumentos de control personal y social, del que además se han beneficiado pecuniariamente. Así se han opuesto al matrimonio civil y a las leyes de divorcio, se enfrentan a la legislación del control de natalidad, y pretenden controlar -su último reducto- el mundo de la muerte.
El que el gobierno de España haya tenido -ya era hora, por cierto- la capacidad de inventarse o generar unos funerales de Estado laicos y civiles para homenajear -no sé porqué, por cierto- a las víctimas de la epidemia de la COVID-19 creando ex-novo todo un rito es -desde un punto de vista histórico- una auténtica revolución. No es nada extraña su desaforada respuesta, su acusación de recaída en el paganismo. Ladran, luego cabalgamos.
Pues sí, pero vamos muy tarde, el opio del pueblo en este país, sigue teniendo mucho poder, todavía siguen con sus garras incrustadas en todas las instituciones,y para colmo los suso dichos, pertenecen al ala más radical e integrista de la doctrina (Opus Dei), aún así es un gesto muy loable.
ResponderEliminarEsperemos que se sigan con estos gestos, que vayan conformandose en actos de calado, y podamos decir un día que se cumple la laicidad del estado.
Cuidese un saludo.