viernes, 5 de julio de 2024

Sobre la eutanasia y los "creyentes"

 


Cada vez me resultan más cargantes los llamados "creyentes". No soporto esa mezcla de estupidez e irracionalidad con ese aire de superioridad moral de la que hacen gala. Tomemos, por ejemplo, su reacción en el caso de la eutanasia, del suicidio asistido, al que los médicos creyentes se niegan a asistir por razones morales, o sea, por su conciencia de superioridad moral como creyentes.

Pero bueno. ¿De qué va esta tontería? ¿De dónde surge esa su actitud ante el suicidio? Veamos. Si esta pandilla de vagos moralizantes fuese sincera y creyese realmente en sus creencias debería suicidarse en masa para así llegar cuanto antes a su objetivo último: estar en  presencia de "su" señor para disfrutar de lo que "allí arriba",  en el "más allá" o en "el Cielo" se pueda disfrutar. Pero no. Les entra canguelo ante la idea de ser consistentes con sus creencias, y suicidarse. Te dicen entonces que no, que no hay que tener prisa en acercarse al "señor", que suicidarse está mal porque la vida que un suicida se quita no es suya sino del "señor", incluso aunque el suicida no se crea la historia del "señor". Y claro, la implicación es obvia: nada de eutanasia. Nada de ayudar a otros cuya vida aquí y ahora es una tortura sin solución de continuidad., 

Pero, ¡qué estupidez es esa! ¿Por qué su "señor"  habría de castigar a quienes quisiesen acercársele a "él" cuanto antes usando del suicidio como método más rápido y seguro? No hay ninguna razón dentro de sus coordenadas mentales. Impedir el suicidio de los creyentes sólo lo haría, por cierto,  un auténtico "señor" hijoputa y rastrero pues resulta obvio que cuanto más uno viva en este mundo terrenal mayores serán las probabilidades de que acabe pecando gravemente (cometa alguno de esos pecados llamados mortales) y aumente sus posibilidades de acabar no en el "cielo" sino en el "infierno" soportando penurias y castigos dolores toda la Eternidad. Es decir que la estrategia del suicidio es sin duda para cualquier creyente la mejor de las estrategias para no pecar, por lo que prohibirla es lógicamente, un incentivo a cometer pecados. 

Lo dicho. Abomino de los "creyentes". Individuos irracionales que se las dan de bondadosos. Mala gente realmente.

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